A mediodía en la sala de control del cavernoso estudio 1 de Abbey Road nos encontramos a Sting, Rob Mathes, el ingeniero de sonido Donald Hodgson y el ingeniero de mezclas Jonathan Allen trabajando en el nuevo álbum de Sting, “The last ship”. Allen, que ha trabajado con Rob Mathes muchas veces antes (la relación creativa y profesional entre los dos es algo que hay que verlo para poder creerlo) tienen una impresionante lista de créditos desde proyectos de música clásica hasta bandas sonoras de películas, pasando por el álbum de Sting “Symphonicities”.
Mathes, a quien Sting define como un remarcable músico, ha estado involucrado en proyectos muy importantes a lo largo de su exitosa carrera, incluyendo la gala anual del Kennedy Center Honors, el concierto benéfico de 60 cumpleaños de Sting en el Teatro Beacon, The Songwriters Hall of Fame y el evento MusiCares Person of the Year. Un consumado profesional cuyas relaciones laborales con músicos, ingenieros y artistas están basadas en el respeto mutuo y en la habilidad para sacar lo mejor de aquellos con los que trabaja.
Habiendo comenzado ya la grabación, un día estaba programado en Abbey Road para agregar orquestación a varias de las canciones. Dos equipos de músicos de sesión con quien Rob había trabajado antes, incluyendo una sección de viento y otra de cuerda, fueron contratados para ese día y el trabajo pronto se puso en marcha.
Con Newcastle jugando un papel importante en el desarrollo de “The last ship”, tenía perfecto sentido involucrar a algunos de los mejores músicos del noreste en el proceso de grabación. La Wilson Family de Teesside pueden oírse en la canción que da título al álbum “The last ship”, mientras que The Unthanks de Northumberland ("realmente hay no hay mejor grupo folk en la tierra," según la revista Q) también aparecen. Aunque no esté presente en esta sesión de grabación, nos complace informar que Jimmy Nail – al que Sting considera su "musa" - está muy involucrado en el proyecto.
[Continuará...]