Durante casi tres años he estado trabajando en un nuevo musical llamado “The last ship”.
La inspiración de todo esto surgió a raíz de mi álbum “The soul cages”, que escribí en 1990 y que describía el paisaje de mi ciudad natal, Wallsend, en el noreste de Inglaterra. Mis primeros recuerdos son del astillero de Swan Hunters al final de la calle, donde se construyeron alguno de los barcos más grandes jamás vistos. La imponente presencia de barcos, alzándose sobre los tejados de las casas adosadas donde vivíamos, representaba un simbolismo muy poderoso para mí. Veía a miles de hombres bajando nuestra calle cada día para trabajar en esos poderosos barcos. Mi bisabuelo fue Capitán de barco, uno de mis abuelos fue piloto en el Mar del Norte, otro fue remachador de barcos, y mi padre fue durante algún tiempo oficial de máquinas. Así que mi familia a través de las generaciones ha estado siempre conectada al mar y a los barcos.
Finalmente, la recesión económica y la falta de encargos de nuevos barcos provocaron el cierre del astillero de Wallsend. Mientras escribía “The soul cages”, que coincidió con la muerte de mi padre, usé la desaparición de los astilleros donde yo nací y crecí como metáfora de la mortalidad. Usando este material como punto de inicio, empecé a preguntarme si había detrás una historia que contar, con personajes y una trama, ambientada en el surrealista entorno industrial de mi ciudad natal.
Antes de empezar a escribir para este proyecto yo no había escrito nada en unos ocho años. Perdí el impulso de crear – el impulso que me había dirigido gran parte de mi vida. Pero una vez que decidí transformar estos recuerdos de mi infancia en una narración, y empecé a pensar en escribir para otras personas – para otros personajes, para otros puntos de vista diferentes del mío – las canciones surgieron muy rápidamente. Estaba en camino. Realmente sentí, por primera vez en mucho tiempo, que era libre para contar una historia que era importante para mí. Las compuertas parecía estar abiertas, y cada vez que me sentaba, las canciones salían en tropel.
¿Qué hacer con entre 25 y 30 canciones?. No las puedes usar todas en una producción de Teatro Musical – no se necesitan tantas. Creo que sí estas canciones no hubiesen tenido más vida más allá de la obra, me habría sentido mal por ello. Lo que quería era hacer un disco mío con estas canciones.
El musical “The last ship” no debutará en Broadway hasta 2014, así que mi esperanza es que la gente encuentre interesante este material, como un documento del proceso, más que como un producto finalizado. El álbum se sostiene por sí mismo, al margen del musical, pero siento que también dará una idea a la gente de la historia que lo inspiró.
Sting