"La primera vez que Trudie y yo conocimos a David fue durante la "Serious Moonlight Tour" en algún lugar de Estados Unidos. Estábamos viendo el show desde un lado del escenario y Trudie estaba en avanzado estado de gestación de nuestra hija Mickey.
David se acercó un instante a nosotros entre canción y canción, besó la tripa de Trudie y preguntó cuando salía de cuentas. Le dijimos que en enero, - "Ah, ¡un Capricornio como yo!" - nos contestó David con esa irresistible sonrisa suya. - "Tengo que continuar, ¡nos vemos luego! - dijo corriendo por el escenario para llegar a tiempo a la primera línea de "Let's dance".
Ese gesto tan dulce dejó una impresión perdurable. Quedamos totalmente cautivados por su enérgico encanto, por su extraordinaria música, su arte y su espíritu puro, y sentimos que acababa de bendecir a nuestro bebé. Eso fue hace 30 años, nunca lo hemos olvidado y nunca le olvidaremos a él".
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