SETLIST:
El concierto tuvo el mismo repertorio que el del día 20 de octubre.
COMENTARIO:
Sting llevaba 14 años sin actuar en Madrid capital, durante años se quejó de la ausencia de recintos de medio aforo con una buena acústica. Sus experiencias en el viejo Palacio de Deportes de la Comunidad fueron caóticas y por ese motivo en sus útimas tres últimas giras eludió tocar allí. El nuevo Recinto multiusos tampoco parecía el espacio más idoneo para un evento de estas características, pero el variado y en su mayor parte adulto público (que casi agotó las localidades) terminó por rendirse ante el nuevo espectáculo del británico que recalaba afortunadamente en la capital en su tercera y última escala en España. La gira “Symphonicity” está concebida con la idea de fundir géneros tan dispares como el rock y la música clásica, y con la intención de desenpolvar el cancionero de Sting (más en su vertiente como solista que como parte del grupo The Police) y darle la relevancia y la magnitud que merece con la ayuda de una orquesta sinfónica londinense de 45 miembros y de una pequeña banda compuesta por su fiel guitarrista Dominic Miller, el bajista Ira Coleman, los percusionistas David Cossin y Rhani Krija, y la vocalista australiana Jo Lawry. El largo (2 horas y cuarenta minutos) y teatral espectáculo consta de dos set que sumado a los bises consta de un total de 27 canciones y que deja una evidencia, que aunque últimamente esté alejado de su faceta como compositor, el catálogo musical de Sting es para quitarse el sombrero. La intimista y breve “Roxanne”, la romántica y preciosista “When we dance”, la confesional “Why should I cry for you?”, la bucólica “Fields of gold”, la ambigua “Shape of my heart”, la grandilocuente “Russians”, la tenebrosa “Moon over Bourbon Street” y la marchosa “Next to you” pusieron el listón muy alto en el primer set. En el segundo se trató de dar a conocer perlas ocultas como la emotiva “The end of the game”, la decadente “All would envy” o la breve pero intensa “You will be my ain true love”, aunque el ritmo decayera un poco por el loable capricho de Sting de darle a estas canciones el espacio que creía justo, no estaba todo perdido porque la artillería pesada se guardaba para el final con los clásicos policiacos “King of pain” y “Every breath you take”, con la riqueza étnica que aporta “Desert rose”, con la ligereza y alegría que destila “She’s too good for me” y con la sinceridad y emoción que provoca “Fragile” (a la que le sobraba la filarmónica al completo). El público ya no pudo volver a sentarse en sus asientos y un Sting exultante (que había presentado casi todas las canciones en un correcto castellano que leía discretamente en un folio) lo agradeció cantando a cappella las tres primeras estrofas de “I was brought to my senses”. El público salió con la impresión de haber asistido a un espectáculo irrepetible.
AUDIENCIA:
9.000 espectadores.
El concierto tuvo el mismo repertorio que el del día 20 de octubre.
COMENTARIO:
Sting llevaba 14 años sin actuar en Madrid capital, durante años se quejó de la ausencia de recintos de medio aforo con una buena acústica. Sus experiencias en el viejo Palacio de Deportes de la Comunidad fueron caóticas y por ese motivo en sus útimas tres últimas giras eludió tocar allí. El nuevo Recinto multiusos tampoco parecía el espacio más idoneo para un evento de estas características, pero el variado y en su mayor parte adulto público (que casi agotó las localidades) terminó por rendirse ante el nuevo espectáculo del británico que recalaba afortunadamente en la capital en su tercera y última escala en España. La gira “Symphonicity” está concebida con la idea de fundir géneros tan dispares como el rock y la música clásica, y con la intención de desenpolvar el cancionero de Sting (más en su vertiente como solista que como parte del grupo The Police) y darle la relevancia y la magnitud que merece con la ayuda de una orquesta sinfónica londinense de 45 miembros y de una pequeña banda compuesta por su fiel guitarrista Dominic Miller, el bajista Ira Coleman, los percusionistas David Cossin y Rhani Krija, y la vocalista australiana Jo Lawry. El largo (2 horas y cuarenta minutos) y teatral espectáculo consta de dos set que sumado a los bises consta de un total de 27 canciones y que deja una evidencia, que aunque últimamente esté alejado de su faceta como compositor, el catálogo musical de Sting es para quitarse el sombrero. La intimista y breve “Roxanne”, la romántica y preciosista “When we dance”, la confesional “Why should I cry for you?”, la bucólica “Fields of gold”, la ambigua “Shape of my heart”, la grandilocuente “Russians”, la tenebrosa “Moon over Bourbon Street” y la marchosa “Next to you” pusieron el listón muy alto en el primer set. En el segundo se trató de dar a conocer perlas ocultas como la emotiva “The end of the game”, la decadente “All would envy” o la breve pero intensa “You will be my ain true love”, aunque el ritmo decayera un poco por el loable capricho de Sting de darle a estas canciones el espacio que creía justo, no estaba todo perdido porque la artillería pesada se guardaba para el final con los clásicos policiacos “King of pain” y “Every breath you take”, con la riqueza étnica que aporta “Desert rose”, con la ligereza y alegría que destila “She’s too good for me” y con la sinceridad y emoción que provoca “Fragile” (a la que le sobraba la filarmónica al completo). El público ya no pudo volver a sentarse en sus asientos y un Sting exultante (que había presentado casi todas las canciones en un correcto castellano que leía discretamente en un folio) lo agradeció cantando a cappella las tres primeras estrofas de “I was brought to my senses”. El público salió con la impresión de haber asistido a un espectáculo irrepetible.
AUDIENCIA:
9.000 espectadores.
Aquí cuentan que había 18.000 espectadores. http://www.que.es/musica/201010310258-sting-llena-palacio-deportes-madrid-cont.html
ResponderEliminarMuchos me parecen. En Barcelona me creo lo de que eramos 7.000.
El concierto fue espectacular en sonido, voz, saber estar en el escenario, profesionalidad. ¡Que nivel!
Hola a todos
ResponderEliminarYo también estuve. Fue un espectáculo. He visto a Sting y Police en otros conciertos. Este tenía algo diferente y muy emocionante. Y la capella final, después de 3 horas de concierto, parecía decir: "llevo toda una orquesta detrás, pero sólo porque me divierte, no la necesito, lleno el escenario yo solito"....